Pionera en la astronomía profesional en el país, tuvo que superar muchas barreras propias de su época, pero logró crear toda una generación de astrónomos
Se graduó de la Facultad de Matemáticas, de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, en Lima. Parecía poco probable que Aguilar alguna vez se convirtiera en una astrónoma profesional, ya que Perú no tenía programas de astronomía en ese momento. Pero viajó a Argentina para estudiar astronomía en la Universidad Nacional de La Plata, donde se convirtió en una estudiante estrella. En 1969 regresa a su tierra natal para impartir clases en la Universidad Nacional de Ingeniería y en la Universidad Nacional Mayor de San Marcos.
Ayudó a establecer la astronomía como disciplina profesional en Perú mediante la creación de una serie de charlas y conferencias llamadas Viernes Astronómicos. Todavía un evento popular hoy en día.
Fue es sus primeros años como docente de la la Universidad Nacional Mayor de San Marcos.que creó los Viernes Astronómicos, que era un espacio para la de divulgación de la astronomía y educación científica, que hasta ahora sigue funcionando.el primer paso de lo que en hoy es Seminario Permanente de Astronomía y Ciencias Espaciales (Space), la primera y más antigua organización de estudiantes y docentes dedicados al estudio de las ciencias espaciales en el país"
Tras la formación de este grupo, la doctora Aguilar logró en 1974 convertirse en la primera profesional del Perú en ingresar a la Unión Astronómica Internacional (UAI), máximo organismo en astronomía en el mundo.
Dos años después, la Unesco le dio el Premio Año Internacional de Copérnico por sus esfuerzos en la divulgación de la ciencia, según consigna la web oficial de Space.
Pero sus esfuerzos por introducir al país en el circuito internacional de las ciencias espaciales no se detuvieron. Tras competir con universidades de otros 24 países, logró que San Marcos ganara el Programa de Profesores Visitantes de la UAI. Gracias a ello, llegaron docentes de astronomía de Europa y de América Latina para dictar cursos en la universidad.
“Hay que reconocer que ella luchó para que se diera el convenio con la UAI. Yo soy testigo de que ella viajó incluso con su dinero a Estados Unidos para poder asegurar el apoyo internacional”, relata Carlos Reyes, quien formó parte del seminario durante los años 80, cuando la universidad pasaba por un difícil momento debido al terrorismo.