Su sueño de niña era ser astronauta y la carrera de física era lo más cercano. Aún así esa era su segunda opción al ingresar a la universidad. El plan era continuar la carrera de física hasta el primer año, y luego cambiarse de especialidad o postular a otra universidad. Sin embargo, a inicios de la década de los 2000, la Universidad Nacional San Luis Gonzaga de Ica firmó una alianza con el IGP para la instalación de un telescopio donado en el campus. Este fue el inicio de lo que hoy es la estación solar en dicha región, clave para el estudio de la actividad solar y sus efectos en la Tierra.
Acercarse a este proyecto y ser de las primeras en usar estos instrumentos científicos la hizo retroceder en su decisión de cambiarse la carrera. El camino ya había sido tomado, y no iba a retroceder. "Comencé a llevar cursos de física solar e introducción a la astronomía. Me empecé a involucrar y no me quise trasladar", confesó Adita Quispe en entrevista con la agencia Andina.