En la escuela, las matemáticas siempre fueron su pasión, aunque no fue esto lo que la hizo creer que podía convertirse en ingeniera, sino la insistencia de sus dos hermanos mayores. “Ellos siempre me decían que mujeres y hombres podían tener una carrera universitaria y ser ingenieros”, señaló en una entrevista para la NASA.
En el 2003, cuando tenía 14, un hecho marcó su vida: siguió por televisión el retorno a la Tierra del transbordador espacial Columbia, el cual se desintegró al atravesar la atmósfera. Los siete miembros de la tripulación fallecieron.
“Cuando vi el lanzamiento del transbordador espacial Columbia, fue una de las primeras imágenes que me conectaban a la ingeniería aeroespacial. Al momento que estaba esperando su retorno, lamentablemente, hubo una tragedia y perdimos a siete austronautas. Me di cuenta de que quería trabajar para la NASA, para ser una de las personas que ayude a que esto no vuelva a pasar”, contó a la agencia espacial.