Nuestra primera historia de transformación tiene como protagonista al profesor Manuel Yalli de la Institución Educativa (IE) Andrés Avelino Cáceres Dorregaray ubicada Pomacancha, Junín a 3,850 msnm. Pomacancha es un distrito con 5 anexos donde la mayoría de familias vive de la agronomía o ganadería, con un ingreso promedio diario por familia de S/.35 y un promedio de 3 a 6 menores por hogar.
IE Andrés Avelino Cáceres Dorregaray
La IE es integral, es decir, los niveles de primaria y secundaria funcionan conjuntamente en la institución. El profesor Manuel lidera las clases de 5to y 6to de primaria. Tanto él como sus colegas viajan desde otras ciudades, como Huancayo y Jauja.
Al hablar de sus estudiantes, el profesor Manuel no puede evitar sonreír. Nos cuenta que cada uno es diferente, y “cada uno tiene un estilo y un ritmo de aprendizaje”. Así, la docencia implica ir aprendiendo en la práctica, y durante la interacción, cómo tratar con cada niña o niño. “Era un trabajo muy especializado y muy alegre” agrega Manuel recordando los tiempos de clases presenciales con añoranza. Es así como explica el complicado reto pedagógico de la enseñanza personalizada y significativa. El profesor agrega que, para lograr impactar positivamente en los aprendizajes de los estudiantes, es siempre necesario adaptar las actividades al nivel y ritmo de cada estudiante.
“Pomacancha es una zona inaccesible virtualmente”
No llega señal de radio constante, no hay señal de televisión y menos internet. La mayoría de padres de familia no cuenta con celulares, mucho menos con los del tipo inteligente. Sólo algunos cuentan con celulares análogos o, como el profesor los llama “celulares de teclas”.
En este contexto, llegó la pandemia al distrito de Pomacancha y el profesor Manuel se vio en la necesidad de emprender la transformación digital de sus clases para poder implementar la educación a distancia. ¿Cómo lograrlo en medio de tantas limitaciones? El profesor tuvo que usar toda su creatividad e inspiración. Su premisa siempre fue: “de alguna manera tenía que lograr comunicarme con mis estudiantes.”
De celulares análogos a aprendizaje digital
“Ni yo mismo sabía utilizar bien el celular, no conocía aplicaciones. Dije, esto va a ser un fracaso”.
Esta fue la primera reacción del profesor Manuel Yalli ante el desafío de la educación a distancia impuesto por el cierre de escuelas por la pandemia. En un distrito como Pomacancha, sin internet ni dispositivos en las familias, era un reto que parecía insuperable. Sin embargo el profesor muy decidido se replicó a sí mismo “Ante un desafío, siempre hay que encontrar una solución.”
El profesor logró, con mucho esfuerzo, comprarse un celular inteligente y una laptop para poder enseñar. Sin embargo, el problema no era únicamente la carencia de recursos, sino que sus estudiantes no sabían usar los dispositivos que tenían disponibles.
Considerando que el profesor Manuel vivía en Huancayo y estaba restringida la movilización a Pomacancha, buscó el medio de comunicación más efectivo con sus estudiantes. Su primer acercamiento de comunicación fue con un profesor de la escuela y un administrativo que vivían en el distrito. El profesor Manuel gestionó una estrategia donde los estudiantes contactaban a alguno de ellos dos, a través de “mensajes misios” (SMS que indica que no se cuenta con crédito) para comunicarse con el docente Manuel y él les devolvía la llamada. La comunicación y las clases fluyeron así durante algunas semanas. Sin embargo, era dificultoso pues muchas veces no había señal telefónica.
Así, valiéndose de su creatividad, Manuel obtuvo la información que tanto la posta médica, como el municipio y el Tambo (plataforma de servicios al ciudadano del Ministerio de Inclusión y Desarrollo Social) contaban con antenas de internet. No tardó en comunicarse con el Alcalde para solicitarle que les preste acceso al internet del municipio a los estudiantes de 6to de primaria que vivían cerca. Sin embargo, “parece que el municipio paga una tarifa baja de internet” pues cuando los niños se conectaban a la red, esta se hacía muy lenta. Por ello, el profesor optó por trabajar con sus chicos después de las 5:00 pm, horario que no interrumpe las labores de las instituciones cuando los estudiantes se conectan a internet desde los alrededores.
Otro desafío era enseñar a los estudiantes que no tienen ni pueden comprar celulares de ningún tipo. En busca de soluciones el profesor Manuel se contactó con la Ingeniera Estela Quispe, coordinadora del Tambo del Barrio Río Molino, y logró que lo apoyaran con conexión a internet e impresiones de documentos para los estudiantes sin celulares.
Y esta alianza dura hasta hoy, los estudiantes se conectan a la señal de internet del Tambo para recibir sesiones de clases virtuales de manera sincrónica con el profesor Yalli, y quienes no tienen acceso a dispositivos electrónicos pasan por el Tambo a recoger su clase impresa para realizar sus tareas en casa.
El último desafío importante que encontró fue la reacción inicial de los padres y madres de familia frente a la educación a distancia, que no fue tan positiva como el profesor Yalli esperaba: durante la época de cosecha las familias priorizan la labor de los menores en los trabajos de campo sobre sus responsabilidades escolares. Esto causaba que los estudiantes lleguen al final del día cansados, sin energía ni motivación para cumplir con sus labores académicas.
En busca de una solución, el profesor Yalli convocó a los padres y madres de familia para persuadirlos de la importancia de la educación y logró que firmen un acta virtual de compromiso con la educación de sus hijos. Esto incluía un compromiso por parte de los padres de familia de trabajar con los menores en el campo solamente hasta el mediodía, y asegurarse de que tanto sus hijos menores como mayores tuvieran acceso al celular para cumplir con las tareas asignadas. A través de este acto, los padres y madres de familia empezaron a tomar seriamente su rol como colaboradores activos en el proceso de aprendizaje de sus menores y el profesor Yalli ha podido mantener una buena relación de trabajo con ellos hasta la actualidad.
Cabe resaltar que sí encontró soporte en el equipo escolar. El director de la escuela y los profesores de la IE Avelino Cáceres Dorregaray coordinan constantemente las mejores estrategias para llegar a los estudiantes en reuniones colegiadas virtuales. Asimismo, el profesor se capacita constantemente mediante los cursos en línea de PeruEduca. Él considera que estos cursos son “de gran utilidad. Yo aprendí a manejar el celular por un curso de PeruEduca.” Al profesor aún le sorprende cómo sus niños son tan rápidos manejando los celulares, “ellos son nativos cibernéticos”, nos dice, y él se actualiza constantemente para poder seguirles el ritmo.
Estrategias pedagógicas
Una de las fortalezas manifestadas por el prof. Yalli es que él ha llegado a conocer a cada uno de sus estudiantes y “cuál es su ritmo de aprendizaje, cuál es su estilo de aprendizaje”. Es así que el proceso de rediseño de sus clases y recursos educativos ha demandado una considerable inversión de tiempo adicional de su parte para poder continuar garantizando una enseñanza personalizada. Su labor docente ahora se extiende a los fines de semana e incluso altas horas de la noche.
Este proceso incluye:
El profesor Yalli nos cuenta que la recepción de contenidos y recursos a través de plataformas como WhatsApp o Facebook correspondientes no representaron una gran dificultad para sus estudiantes. Sin embargo, identificó que este acercamiento no funcionaba para el área de Matemática. Por ello, la coordinación con la Ing. Estela Quispe en el Tambo fue fundamental para poder apoyar el aprendizaje de sus alumnos de 5to y 6to grado en esta área: a través de un horario diferido, sus estudiantes podían acceder a una clase virtual por semana facilitada por la conexión a internet y proyector del Tambo.
En lo que respecta al proceso de evaluación de sus estudiantes, el profesor Yalli nos expresa que su enfoque en procesos formativos pone en valor al estudiante “como persona en desarrollo”. Él comparte con sus estudiantes preguntas de reflexión que acompañan tanto sus procesos cognitivos como emocionales. Sus estudiantes le envían sus respuestas en forma de mensajes de texto, audio, o imágenes todos los días y el profesor Yalli les ofrece un acompañamiento constante e individualizado. Esta atención por la salud y desarrollo emocional de los estudiantes es algo de suma importancia en estos tiempos de pandemia donde están sufriendo problemas de estrés en el hogar y de carencia de vínculos sociales (Näslund-Hadley, 2020).
Imaginando el futuro
El profesor nos comenta que luego de haber vivido el impacto de las limitaciones en el acceso a tecnologías tanto suyas como de sus estudiantes, considera que es imperativo que el Estado invierta en brindar acceso universal a internet a los centros poblados del Perú.
La clave para garantizar el derecho a la educación de cada niño de nuestro país será el acceso a internet en las escuelas, sobretodo cuando el profesor Yalli considera que la educación a distancia será también la realidad para el siguiente año escolar.
Equipar por lo menos un aula virtual en cada Institución Educativa tendría un impacto positivo en sus estudiantes, comenta que sus estudiantes la considerarían como una biblioteca que facilite el acceso al conocimiento a través de computadoras conectadas a internet. Además, él espera que en el siguiente año escolar se mantenga el enfoque en la prevención de contagios y fortalecimiento de prácticas de higiene personal.
Él nos cuenta que ve el siguiente año escolar como un periodo de tiempo que servirá para retomar y compensar las metas no cumplidas durante este año de emergencia sanitaria, especialmente en aquellas áreas curriculares que no han sido prioridad de la plataforma Aprendo en Casa.
Conclusiones
Durante nuestra conversación con el profesor Manuel Yalli resaltó la profunda admiración y cariño que él siente hacia sus estudiantes. Él no solo acompaña su desarrollo cognitivo sino que vela por el bienestar integral de sus estudiantes. Además, se compromete con roles de gestión comunitaria para traer abajo las barreras que evitan que sus estudiantes tengan acceso a una educación de calidad. Estas son las características reconocidas en estudios internacionales como las más efectivas para impactar positivamente en el presente y futuro de los estudiantes (Fullan, 2007, 2016).
Asimismo, podemos concluir que el profesor Manuel Yalli ha expandido su nivel de influencia a padres y madres de familia y actores comunitarios en favor de priorizar la educación de sus estudiantes. Su vocación de servicio pone a los estudiantes como centro de su práctica y orienta su desarrollo profesional, para así constituirse como un líder de la comunidad educativa de Pomacancha.
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